El artículo del diario `El País´ titulado `La Calle es nuestra´ del periodista Juan Diego Quesada, hace una incursión en un tema de gran actualidad: las bandas latinas que actúan en ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia.
En él describe cómo se originaron a partir de grupos de apoyo a presos latinos en cárceles de Estados Unidos y Latinoamérica, debido a las condiciones inhumanas que tenían dichos centros penitenciarios.
Como ocurre casi siempre dichos grupos se transformaron en verdaderas bandas mafiosas de gran peligrosidad, no sólo para el resto de ciudadanos y pandillas rivales sino incluso para el disidente dentro de sus filas.
Nos presenta en primera persona la historia de varios jóvenes que formaron parte de dichas bandas y que de un modo u otro la han abandonado, poniendo sus vidas en peligro, ya que están amenazados de muerte.
Estos chicos cuentan cómo fueron reclutados y suelen coincidir con ser jóvenes desarraigados, viviendo en un país extranjero, de familias muy humildes, por desgracia con el consiguiente rechazo de la sociedad a la que se deben integrar.
Desde muy niños están tirados en la calle, solos, sus padres trabajan todo el día para poder subsistir y no cuentan con apoyo de ninguna institución o asociación que para sus hijos vayan diariamente a la escuela, y se relacionen en un ambiente que les aporte los valores necesarios y así evitar ponerlos en peligro de entrar en el mundo de la delincuencia.
Este es el caldo de cultivo ideal para que dichas pandillas se nutran de personal para cometer sus acciones delictivas, como dijo Sutherland “la conducta inadaptada se aprende en contacto con otros desadaptados”.

La solución estaría en ofrecer ayuda a los padres que necesitan trabajar durante todo el día en trabajos que no entienden de conciliación familiar, y a las familias más desfavorecidas por circunstancias económicas, de salud, inmigrantes etc.
Estos niños necesitan personas que los tutelen en horarios laborales de sus padres que los lleven a la escuela, que le ofrezcan actividades culturales o deportivas, que se encuentren integrados en una sociedad que al fin y al cabo será la última beneficiaria de estas medidas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario