miércoles, 25 de noviembre de 2009
Existe una violencia...
martes, 24 de noviembre de 2009
domingo, 22 de noviembre de 2009
¿Quién le pone el cascabel al gato?

Esta semana me han llegado estas dos noticias, aunque en escenarios distintos existe una realidad, los necesitados, en el caso de países del tercer mundo, la gente muere de hambre, curiosamente los líderes políticos no llegan a un acuerdo, y en el caso del “primer mundo” , cada vez más estamos asistiendo a situaciones de pobreza extrema. No puedo evitar indignarme al ver en la televisión por estas fechas programas dedicados a anunciarnos rastrillos de señoras de alta alcurnia que ceden todo lo que les sobra (vestidos, abalorios de la temporada pasada) en un acto de solidario, que bueno, tal vez es la forma en la que ellas entienden pueden atajar el problema, o campañas para conseguir juguetes para niños que lo que necesitan es comer. Pienso que estamos perdiendo muchas oportunidades para realmente concienciarnos de que la solución es otra. Debemos exigir a nuestros gobiernos que tomen carta en el asunto de una forma seria. El problema es ¿Quién abandera esta lucha?¿Quién le pone el cascabel al gato?
Tolerantes? Progresistas?
La distribución de Baby Down pretende sensibilizar más a la sociedad e implicarla en la integración de estos niños.“Es la muñeca más comprometida del mercado. Aunque su aspecto es similar a la de cualquier otra, la Baby Down es peculiar, más sensible, solidaria e implicada con la integración social de las personas afectadas por trisomía G21 o, lo que es lo mismo, por el Síndrome de Down”
Al ver esta publicidad, lo primero que me produjo es una total incredulidad.. Me pareció un desatino a la altura del siglo XXI que pudiéramos asistir a tal atrocidad. Ya no solo por el hecho de presentarnos la idea de una muñeca diferente, sino la descripción de su comportamiento y sus reacciones era inaudita. Según Jaume Funes las sociedades generan la marginación, y aquí tenemos un ejemplo bien claro. De que valen planificar tantas medidas de intervención si la sociedad no evoluciona. La exclusión, la marginación es el producto de respuestas ante determinados problemas sociales, pero aún donde no existen los problemas, los creamos, algo difícil de entender. Está claro que si no existen los conflictos, no hay espacios para que el político o profesional de turno desarrolle sus teorías sobre la tolerancia al diferente. La excesiva protección puede dar lugar a originar un debate allí donde no lo hay. El paternalismo mal entendido puede hacer que personas o entidades se inmiscuyan en temas que no les conciernen, aunque en el caso de esta publicidad, puede hacer pensar en intereses más allá de lo humanitario. El hecho del rechazo a lo que nos resulte extraño es una realidad, pero igual realidad es que la convivencia nos lleva a la aceptación del otro. No necesitamos clases de tolerancia, necesitamos que las personas reciban un trato digno.
sábado, 21 de noviembre de 2009
“Pegué a mi padre, no aguantaba órdenes”

Este podría ser el final, como si de una película se tratara, de un largo proceso que conlleva el déficit de socialización de un individuo. Según Ventosa (1990:161), la Socialización “Es el proceso que, desde la infancia hasta la edad adulta, sigue el hombre con el fin de ser un individuo equilibrado y responsable y un miembro eficaz de su sociedad”. Dicho lo cual define Casado (1987:77) al Inadaptado Social como “Una persona cuyas conductas son fruto de un proceso de socialización incorrecta”, lo que puede dar lugar a un proceso de Desadaptación social posterior. Una vez he ubicado los conceptos desde los cuales hemos de tratar el artículo publicado por el diario ABC, sobre un caso de maltrato de un menor hacia sus progenitores, voy a situar como desencadenante de dicha acción, la rotura de la cadena del proceso de desarrollo social en la Socialización Primaria, aquella que tiene lugar en el seno familiar y que debe transmitir una serie de valores como son la estabilidad, condiciones económicas, educativas, de vivienda o de salud aceptables , además de relaciones sociales adecuadas. Asimismo la familia se considera el primer estamento social en el que un niño debe apreciar una jerarquía de autoridad, que con el tiempo se trasladará al resto de la sociedad en la que conviva. La convivencia y el respeto deben acompañar a los más pequeños desde el ejemplo de sus mayores, sin estos, los jóvenes no tienen opción a aprender patrones de conductas sociales que les permita integrarse en su contexto social adecuadamente. En el caso de nuestro protagonista la intervención se realiza desde un ámbito judicial, que recoge la educación como contenido en el cumplimiento de las penas por infracciones penales, buscando desde la reeducación y la corrección de las conductas, la finalidad de dicho internamiento. Dicha intervención debe llevarse a cabo desde una atención individualizada, adaptada a las características diferenciadoras del individuo, lo que no excluye una intervención ampliada al núcleo familiar, ya que gran parte del problema se encuentra ahí. Sería inútil reeducar para más tarde volver en las mismas circunstancias al origen del problema. A la hora de establecer un programa de Intervención exitoso hay que tener muy claro los objetivos que nos planteamos conseguir. Dichos objetivos deben encaminarse hacia un cambio de actitudes (el Ser), tanto en la escuela, como en la familia, grupo de iguales, normas sociales o la desadaptación o conflictividad. Tener conocimiento (en el Saber) sobre las razones de la desadaptación como las consecuencias de la misma, las normas sociales, las instituciones sociales, los recursos disponibles, los mecanismos de control social, la situación y problemática de la familia y la evolución de él mismo y su familia. Y por último habilidades (el Hacer) para hacer frente a la propia situación, hacer frente a la situación familiar, evitar el conflicto, establecer relaciones sociales positivas, tomar decisiones, percibir e interpretar correctamente los hechos y situaciones, desenvolvimiento personal en su entorno. La vida humana es similar a un juego. Cada persona es un jugador que tiene un papel específico que desempeñar. Cuando hay el reconocimiento del ser o autoconocimiento se puede jugar correctamente en el juego de la vida. http://argijokin.blogcindario.com/2009/09/10857-pegue-a-mi-padre-no-aguantaba-ordenes.html
jueves, 5 de noviembre de 2009
Asamblea en la Carpintería

Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y, además se pasaba el tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirvieran para algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro, que siempre estaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En eso, entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un bonito mueble. Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: “señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valioso. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos”.
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte; el tornillo unía y daba fuerza; la lija era especial para afinar y limar asperezas, y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.
domingo, 1 de noviembre de 2009
La calle es nuestra
El artículo del diario `El País´ titulado `La Calle es nuestra´ del periodista Juan Diego Quesada, hace una incursión en un tema de gran actualidad: las bandas latinas que actúan en ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia.
En él describe cómo se originaron a partir de grupos de apoyo a presos latinos en cárceles de Estados Unidos y Latinoamérica, debido a las condiciones inhumanas que tenían dichos centros penitenciarios.
Como ocurre casi siempre dichos grupos se transformaron en verdaderas bandas mafiosas de gran peligrosidad, no sólo para el resto de ciudadanos y pandillas rivales sino incluso para el disidente dentro de sus filas.
Nos presenta en primera persona la historia de varios jóvenes que formaron parte de dichas bandas y que de un modo u otro la han abandonado, poniendo sus vidas en peligro, ya que están amenazados de muerte.
Estos chicos cuentan cómo fueron reclutados y suelen coincidir con ser jóvenes desarraigados, viviendo en un país extranjero, de familias muy humildes, por desgracia con el consiguiente rechazo de la sociedad a la que se deben integrar.
Desde muy niños están tirados en la calle, solos, sus padres trabajan todo el día para poder subsistir y no cuentan con apoyo de ninguna institución o asociación que para sus hijos vayan diariamente a la escuela, y se relacionen en un ambiente que les aporte los valores necesarios y así evitar ponerlos en peligro de entrar en el mundo de la delincuencia.
Este es el caldo de cultivo ideal para que dichas pandillas se nutran de personal para cometer sus acciones delictivas, como dijo Sutherland “la conducta inadaptada se aprende en contacto con otros desadaptados”.

La solución estaría en ofrecer ayuda a los padres que necesitan trabajar durante todo el día en trabajos que no entienden de conciliación familiar, y a las familias más desfavorecidas por circunstancias económicas, de salud, inmigrantes etc.
Estos niños necesitan personas que los tutelen en horarios laborales de sus padres que los lleven a la escuela, que le ofrezcan actividades culturales o deportivas, que se encuentren integrados en una sociedad que al fin y al cabo será la última beneficiaria de estas medidas.
Pobreza&Marginación&Exclusión Social
La pobreza es un término relacionado desde siempre con las desigualdades económicas pero hoy en día dicho concepto se ha ampliado a precariedad laboral, carencia de formación o la falta de una vivienda digna y de salud, pasando por la no existencia de redes sociales y familiares.
Dichos déficit desencadenan en la marginación y exclusión social.
Según un estudio que dirige Joan Subirats para la fundación `la Caixa´, hay tres ejes fundamentales de exclusión social: el género, la edad, y la etnia.
Las mujeres, los jóvenes y ancianos poseen factores de exclusión específicos derivados de su posición en el sistema social.
Las mujeres debido a dedicarse tradicionalmente a las labores de ama de casa, no retribuidos, considerado no como trabajo en el sentido de producción; los jóvenes por la precariedad laboral y los mayores por problemas de enfermedad y discapacidad, es destacable el número de ancianos que viven con problemas de soledad y pobreza.
A estos le añadimos el colectivo inmigrante, con un generalizado rechazo social y la inaccesibilidad a espacios básicos de ciudadanía por causa de su procedencia.
Según dicho estudio los hogares monomarentales tienen un índice de pobreza mucho mayor que las familias encabezadas por el hombre.
Los hombres a medida que se van haciendo mayores y van perdiendo relaciones sociales entran dentro del grupo de riesgo de sufrir exclusión social.
Según esto entendemos por exclusión social ` la situación resultante de un proceso de pérdida de vínculos personales y sociales que hacen que una persona o colectivo no pueda acceder a las oportunidades y recursos que ofrece la sociedad en la que vive´.
No siempre la pobreza es causa de exclusión, sino que puede devenir de un conjunto de realidades de carencia económica, relacional, habitacional, administrativa etc.
Las personas en situación de exclusión social no se sienten ciudadanos, sí desamparados, sin filiación ni vínculos.
La sociedad en general debe evitar estos escenarios lamentables, y es cometido de los Educadores Sociales llevar a cabo actuaciones encaminadas a prevenir dichas situaciones y en segundo lugar corregir las existentes.